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INVERSIÓN

La nueva generación de empresarios dominicanos

A pesar de que aún no existen empresas en República Dominicana que coticen en bolsa, sí podemos ver ciertos casos que podrían dar una idea de lo que viene.

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Santiago Camarena

20.12.2022

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Paradójicamente, a la vez que nuestra Bolsa de Valores cumple sus tres décadas desde su fundación, aún no se tranzan acciones de empresas en la República Dominicana.

Luego de ciertos avances regulatorios y la confianza de empresarios e inversionistas, ya se autorizó la primera emisión.

De igual forma, se produjo una alianza estratégica con la participación de la Bolsa de Santiago de Chile, poniendo a disposición una nueva puerta de inversión y apetito de economías mucho más grandes y maduras.

Una generación tiende a entenderse como el tiempo aproximado en el que los niños nacen y crecen, se convierten adultos y rinden sus propios frutos; pareciera que la economía dominicana está madurando para alcanzar los resultados.

Perspectiva

Para poder dar un poco de perspectiva a qué implicaría esto para la economía y el desarrollo, veamos algunos datos que utilizan los economistas y comparemos a grandes rasgos dos países: China y República Dominicana.

En las últimas 3 décadas, nuestro país ha tenido un crecimiento impresionante, pasando de un PIB per cápita de USD$1,000 a una de USD$10,000 (un crecimiento de 10X), las industrias se han diversificado y se han hecho más competitivas, convirtiéndonos en la economía más dinámica de la región y hasta en toda Latinoamérica, obviamente con muchos retos por delante aún.

Ahora miremos al gran gigante rojo, hoy camino a ser de las economías más significativas del mundo. Pero resulta curioso que para 1990, su PIB per cápita era apenas USD$300 y hoy ronda por los USD$10,000 (un crecimiento de 30X).

Citando un caso del mundo bursátil chino, la bolsa de valores de Shanghai (hoy la 3era de mayor capitalización global) fue reabierta para esa época cuando no existían inversiones significativas fuera del país, y la producción e innovación era básicamente mano de obra en máquinas.

Pero el gobierno buscaba la forma de actualizar las regulaciones para el mercado de valores y crear el dinamismo que otras bolsas tenían; la inversión extranjera fluyó de manera importante, pasando de 1% del PIB a 6% en poco tiempo; los niveles de desarrollo se vieron brotar empujando las empresas a crecer y a los emprendimientos a volar.

La innovación creció de tal forma que hoy, aunque se podrían argumentar varias impresiones y la situación actual sobre las políticas restrictivas del Gobierno Central “Comunista” en los años recientes, lleva la delantera en materia de innovación digital mundial.

El mundo de las startups ha visto cómo empresas creadas en un garaje o apartamento han logrado posicionarse dentro de las empresas más valoradas del mundo.

Un ejemplo interesante que utilizó el mercado de valores, tanto de China como el de Estados Unidos, es el caso del conglomerado de ALIBABA. Estos casos de éxito nos sirven para poner en contexto lo que puede hacer un mercado de capitales y una cultura empresarial orientada hacia la innovación y el desarrollo de las economías.

A pesar de que aún no existen empresas en República Dominicana que coticen en bolsa, sí podemos ver ciertos casos que podrían dar una idea de lo que viene.

El caso de Grupo Rica cuando utilizó el mercado vía un fideicomiso de oferta pública, y su dinamismo empujado los fondos institucionales y por inversionistas individuales, hizo que el valor de la empresa creciese cerca de 60% en los últimos 3 años, a pesar de como el mercado se ha afectado este último año. Hoy la empresa está compitiendo más agresivamente en mercados, tanto local como internacional, con productos innovadores; hasta en su empaque han marcado una diferencia.

El mercado de valores ha evolucionado hasta llegar a tener hoy más de 30% del PIB en emisiones en circulación. Las AFP y las AFI seguirán creciendo y así su necesidad de invertir en activos que aseguren crecimiento y reduzcan riesgos para los pensionados e inversionistas. 

Ahora bien, son varios argumentos que se escuchan entre los empresarios locales para no utilizar el mercado de valores, tales como: “la banca tiene tasas más atractivas”, “no se necesitan los recursos”, “la competencia tendría accesos a nuestros planes”, “somos una empresa familiar y hemos crecido por iniciativa propia”, entre otros.

Recientemente participé en un evento sobre empresas familiares, y se comentó cómo la segunda generación de las empresas solo logra sobrevivir apenas un 10% y de la tercera solo el 3%. Ciertamente hay estadísticas sobre el tema, además de esquemas de valoraciones que dan una prima de cuando la familia posee hasta el 25%, pero penaliza con hasta el 20% cuando poseen por encima del 75% o más.

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El valor que tiene el empresariado familiar es inmenso

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El valor que tiene el empresariado familiar es inmenso

No obstante, el valor de las empresas va más allá de ser medida por rentabilidades de cuartos o semestres, pues su visión tiende a ser de más largo plazo. El problema está en cómo logran trascender y crecer sin un buen gobierno corporativo, el cual es requerido por la mayor fuente de capital con la que hoy cuenta República Dominicana: el mercado de valores. El valor que tiene el empresariado familiar es inmenso, pero aún hay oportunidad para potenciarlo.

Ya existe un buen número de empresas que inicia con su tercera generación a llevar el mando. Los inversionistas institucionales están en la búsqueda y los inversionistas pequeños les encantaría ser parte del próximo liderazgo; quieren invertir y ser parte del nuevo éxito, no solo en territorio dominicano, sino también en conquistar en otros mercados.

Tal como le benefició a China y sus empresas, que hoy han logrado extender sus mercados de manera importante en todo el mundo, el potencial de nuestro país será mucho mayor cuando las empresas abran sus patrimonios y permitan que gobiernos corporativos innovadores lideren el paso, trascendiendo hacia un futuro más próspero.

Desde ya, debe ser motivo de entusiasmo ver a las empresas familiares convertirse a Familias Empresariales, y que nuestro mercado de capitales sea el socio que catalice el éxito emprendedor de la nueva generación empresarial dominicana.

Santiago Camarena, especialista en mercado de valores, es Vicepresidente ejecutivo de Alpha Inversiones.

Fuente: https://forbes.do/red-forbes/2022-12-16/la-nueva-generacion-de-empresarios-dominicanos